Pero si hay algo que en las últimas tres décadas lo identifica es una figura sin la que no nos imaginamos este establecimiento: Ventura Serra, el actual director de Hoteles Urbanos en Barceló Hotels & Resorts.
Lo curioso es que Ventura Serra no estaba supuesto a entrar en el mundo de la hotelería, pero el destino le tenía otros planes.
Oriundo de Solsona (Lérida, España), un hotelero de la zona, Josep Vilaseca, se cruzó en su camino, convenciendo a su familia de que era una buena idea mandar a su hijo a estudiar a la única escuela del ramo que había en aquel momento en España, la escuela superior de hostelería y turismo en Madrid.
Tras unos años en España aterrizó en nuestro país en 1991 y, tras unos años en Puerto Plata, en el hotel Flamenco de Occidental, se ha dedicado junto a su equipo, en cuerpo y alma, a generar felicidad a todos y cada uno de sus huéspedes.
La verdad que no, mis papás eran campesinos y cerca de donde yo vivía, en Solsona, provincia de Lérida, iniciaban las urbanizaciones de segunda residencia de las personas que viven en Barcelona.
Solsona está en el pre-pirineo y había una organización llamada el Pi de Sant Just. Y allí mi papa me puso los fines de semana como niño de los recados, a hacer cosas en el bar, en la piscina, etc.
A raíz de eso, Josep Vilaseca, propietario de esa instalación hotelera, dijo a mis papás que era una buena idea mandar a su hijo a estudiar hotelería.
Y gracias a Josep Vilaseca, convenció a mis papás para que me fuera a estudiar en Madrid a la única escuela de hostelería y turismo que había en aquel momento en España, la escuela superior de hostelería y turismo en Madrid. Y así fue mi historia.
¿Qué experiencia acumulaste en España?
Hice todos mis estudios de Madrid y compaginaba estudios y trabajo. Por ejemplo, la Red Nacional de Paradores escogía alumnos de la escuela para hacer servicios en la Casa Real y tuve la suerte de formar parte de los equipos en eventos, que en aquel momento, se hacían fuera de la Casa Real.
En aquel momento, la hotelería era muy suiza, y tenías la oportunidad de pasar por todos los departamentos, desde cocina a servicios, hacías todo el ciclo, conocías todo, fue una época muy buena.
Cuando terminé de estudiar trabajé en el Palace de Madrid cinco años, donde inicié como recepcionista y pasé por todas las posiciones.
A partir de allí fue cuando, a través de un headhunter, Eulogio Bordas en Barcelona, fiché por Aromar Hotels, en Platja d'Aro, en la Costa Brava, donde Jordi Comas me dio la oportunidad de ser director.
Era una empresa familiar, con varios hoteles, donde trabajé 6 años y tuve mi primera oportunidad en la dirección de un hotel.
¿Cómo llegas al hotel El Embajador en concreto?
Llegué a República Dominicana el 12 de octubre de 1991 como subdirector del hotel Flamenco Puerto Plata, con la compañía Occidental Hoteles, donde trabajé pocos años. En el 96 vine a Santo Domingo, al Embajador. Trabajé 25 años con la cadena Occidental y empecé a tener varias posiciones de entero grupo.
Aquí llegué como director del Embajador, además de director general de Occidental Hoteles en República Dominicana. Tuvimos un crecimiento regional y en el año 2000 Occidental compró Allegro. Tras esa compra tuve la suerte de llevar las Américas: República Dominicana, México, Aruba, Costa Rica, Turks & Caicos, Antigua.
Entonces, de 2000 a 2006 fue el take over de Allegro y seis años llevando áreas. En el año 2000 se dividieron dos áreas: una con México y Aruba, y yo me quedé con Colombia, Costa Rica, Haití, República Dominicana y Cuba.
En el 2015 es cuando Barceló compra Occidental hoteles y yo me quedo con Barceló. Y desde el 2015 a la fecha llevo los hoteles urbanos, que son el Barceló Santo Domingo y el Embajador A Royal Hideway Hotel.
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